Quiénes somos

Joachim Sommer

Para ser un buen educador canino hacen falta cuatro cosas:

  1. Estudiar: la “ciencia infusa” y el haber tenido perros toda tu vida no sustituye la necesidad de aprender las técnicas modernas, basadas en la ciencia y en la psicología, que son imprescindibles en este campo.
  2. Aptitudes personales: no todo el mundo llegará igual de lejos aunque estudie lo mismo.
  3. Experiencia: como en todos los aspectos de la vida.
  4. Seguir estudiando: la formación contínua y el interés en seguir avanzando son especialmente importantes en esta profesión, donde tus clientes no hablan tu mismo idioma.

Yo, como afortunadamente la mayoría de los humanos que comparten su vida con perros, nunca me había preocupado de la “educación canina” hasta que llegó a mi vida mi primer perro “difícil”, después de muchos años de tener perros sin problemas de conducta.

Recuerdo perfectamente ese cúmulo de sentimientos de frustración, amor por ese ser, desorientación, enfado, incomprensión, agotamiento mental… ¿Quién me puede ayudar? ¿Qué hago? ¿Dónde me informo?

Los primeros recursos que uno tenía a mano (os estoy hablando de hace más de una década!) eran los programas en televisión, los siempre bien intencionados pero casi siempre erróneos consejos de conocidos y, por supuesto, el vasto mar de internet donde todo tiene cabida.

Evidentemente fueron uno inicios torpes, que probablemente contribuyeron a empeorar la situación. Luego comenzó el “peregrinaje” de adiestrador en adiestrador, que usando técnicas aversivas y “de la vieja escuela” no hicieron mas que agravar la situación de mi compañero peludo, al que veía cada vez más perdido en su espiral de miedos, agresividad y estrés.

Pero no hay mal que dure cien años, y así tuve la oportunidad de conocer a Alberto de la Torre (Dogeduca) y formarme con él como Educador Canino, con las más modernas técnicas de educación en positivo, basadas en estudios científicos sobre la psicología del perro, que abrieron un nuevo horizonte para mí.

Desde entonces, corría el año 2013, me dedico profesionalmente a la educación canina, combinando mi pasión personal y mi trabajo, además de continuar mi formación continua.

Mi formación técnico-científica –soy ingeniero industrial- me aporta un enfoque práctico a las distintas situaciones que se nos presentan; el remedio a un conflicto debe tener una solución satisfactoria a largo plazo, o mejor permanentemente, y sin efectos colaterales.

Las técnicas aversivas pueden parecer una solución rápida, pero sus consecuencias a largo plazo y sus efectos no deseados hacen que debamos descartarlas. Las técnicas basadas en el refuerzo positivo, en la motivación y en el respeto al ser que tenemos en frente, han demostrado ser las mejores y más eficientes en todos los aspectos.

No hay nada más gratificante para mí que lograr abrir esa ventana de comunicación entre humano y perro que permita una convivencia armónica donde había incomprensión.

Hablo español, inglés, alemán y … perruno.

Helena Cabañero

Helena es colaboradora habitual. También formada en Educación Canina con Alberto de la Torre (Dogeduca). De ella puedo decir que disfruta más la compañía de perros que la de personas.

El equipo peludo

Nuestra familia de cuatro patas cuenta con miembros grandes, pequeños, blancos, negros, de diferentes edades y con diferentes personalidades, que nos ayudan enormemente en el trabajo diario.

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